No hay diferenciación entre el escaparate y el mobiliario de exposición interior, pues se trata de una única pieza combinada que se expande a lo largo de las paredes del espacio.

El estadio toma forma gracias a una estructura de metal, una segunda piel que envuelve el contenedor existente sin tocarlo y a la vez sirve para exhibir los zapatos, de manera suspendida creando un efecto como si estos flotaran.

El diseño fractal de la estructura está basado en el símbolo de la marca en forma de X, repetido de manera infinita y llevado hasta el último detalle: los soportes, en el banco y la caja, y en el sistema de enganche – siempre realizando diferentes funciones.

A través de los agujeros, los zapatos se pueden alcanzar de manera muy fácil, y estos quedan resaltados gracias al uso del color blanco.

La simplicidad de este proyecto recae en el ahorro de los materiales – tan solo láminas de hierro lacado para el perímetro de la estructura, Corian para las letras, un techo de Barrisol tensado para la iluminación, hierro visto para las juntas, resina blanca de poliuretano con un acabado de barniz brillante para el suelo, y una capa blanca de láminas de hierro para el mobiliario.